viernes, 7 de marzo de 2008

Millones de personas, mexicanas y extranjeras, quisieran estudiar en la UNAM

Esa es la respuesta al título de una columna que leí hace poco...


Tuve, y aun tengo, dudas de escribir esta entrada en mi blog por cuestiones laborales, pero creo que mi ética personal no me permitía hacer de cuenta que no pasa nada. Quizás la columna que leí (de la cual omito el nombre y el autor por lo antes dicho) no merezca ni siquiera tomarla en cuenta, pero sólo unas cuantas palabras: Si bien es cierto que en la UNAM no se nos enseña a ser "empresarios" es cierto también se nos enseñan muchas otras cosas más importantes. Si egresar alumnos empresarios fuera un tema a evaluar para considerar a las universidades mejores del mundo seguramente la UNAM no estaría considerarda como la mejor en Latinoamérica, la segunda en Iberoamérica y está entre las primeras cien en el continente americano y no sería la única universidad del México actual clasificada entre las 500 mejores.

Que si alberga fósiles y estudiantes guerrilleros que están en contra de todo, y quieren destruir al mundo y no construirlo…¡ah! y no saben de negocios, ni los emplearán en grandes corporativos... ¡Qué caray!

Pero, ¿por qué poner atención de lo que dice una estudiante de la UNAM como yo en su blog?….Por eso, me permito reproducir una nota que escribió René Drucker Colín ( de quien por si gustan pueden revisar su “pequeña” semblanza en http://dgapa.unam.mx/programas/e_perpae/5_eme_druckercolin_2006.html ) en La Jornada Virtual en uno de esos días en que los medios no tenían mucho qué decir y publicaron notas agrediendo a la UNAM.

Atacar a la UNAM: ¿con qué fin?
René Drucker

Hace pocos días, a través de algunos medios de comunicación se informó que la UNAM se encontraba entre las 500 mejores universidades del mundo. Para ser exactos, la UNAM ocupa el lugar 180 de entre las 500. Es la calificada como mejor en Latinoamérica, la segunda en Iberoamérica y está entre las primeras cien en el continente americano, la 92, para ser exactos. La UNAM fue la única universidad del México actual clasificada entre las 500 mejores, ninguna otra, ni pública ni privada. Por las mismas fechas en que se dio a conocer esta noticia, muy halagüeña, un periódico por ahí vio la necesidad de actuar como gatillero de quién sabe quién, y con un terrible mal tino produjo una serie cotidiana de artículos, acusando a la UNAM de tener 80 y pico mil "fósiles", con el objeto de que entendieran los otros, quién sabe quiénes, que la UNAM protegía, cobijaba o mantenía a un conjunto de "inservibles", ocupando lugares que podrían servir para dar espacios a los nuevos estudiantes que ingresan. Mala fe, ¿usted que cree? Encabezados alarmistas y verdades a medias tratan de ser efectistas para quienes desde siempre consideran a la UNAM como una amenaza para sus proyectos, en lugar de presentar encabezados para poder valorarla como lo que realmente es: el mejor proyecto educativo que la nación ha construido y el más fuerte bastión, por no decir ya casi el último, que defiende y perpetúa la soberanía nacional.

En primer lugar, el crítico periódico (que más bien criticable) debería hacer el análisis apropiado y definir ¿qué es para ellos un "fósil"?, pues "fósil" puede ser un alumno que se ha quedado años como pasante (y los hay), estudiantes que se inscribieron y nunca terminaron, o estudiantes que toman más tiempo de la cuenta para recibirse. Por ejemplo, hay personajes notables o con importantes responsabilidades que podrían, en su momento, haber sido considerados fósiles, inclusive de universidades privadas, pues se recibieron muchos años después de haber terminado sus créditos. En el caso de la UNAM, ninguno de los "fósiles tipo" arriba mencionados ocupa un lugar en la institución, lo que ocurre simplemente es que su registro queda vigente, o sea, son "fósiles muertos", no afectan el ingreso de nadie. De repente algún "fósil muerto" revive y se reinscribe con reglas muy claras, no toma clases y no ocupa ningún espacio que impida el ingreso de otro estudiante, sólo puede tomar, cuando mucho, un par de exámenes extraordinarios por semestre. Si esto debe ser o no, es un asunto de discusión filosófica, que el espacio impide discutir en esta nota.

Lo que pienso, sin embargo, es que la discusión tiene otras intenciones. ¿A quiénes les interesa atacar a la UNAM? Es la interrogante. A éstos, yo les pregunto: ¿qué sería del país sin la UNAM? Esta institución ha preparado legiones de excelentes profesionistas que han construido este país a lo largo de décadas, los ingenieros, los arquitectos, los médicos, los abogados, las enfermeras, los físicos, los biólogos y, desde luego, los filósofos, etcétera, etcétera, etcétera. ¿Qué sería de las ciencias sociales y las humanidades, en general, sin la UNAM? ¿Qué sería del Sismológico, qué sería del Observatorio Nacional, qué sería de las colecciones de la flora y fauna nacionales, qué sería del conocimiento geográfico, qué sería de la oceanografía, qué sería de la ciencia, en general, sin la UNAM? Pues yo sí sé: no habría sustitutos. Por tanto, los intereses que pretenden vulnerar a la UNAM son mezquinos y provienen de quienes atentan contra el desarrollo nacional. ¿Qué no se dan cuenta periodistas, diputados, empresarios, educadores, etcétera, que cuando agreden a la UNAM realmente atentan contra el país? ¿Quién tiene esos intereses? No lo sé, pero lo que sí salta a la vista es que no son intereses que convengan a nuestra nación.

No me quiero rasgar las vestiduras; que tenemos problemas en la UNAM, claro que los tenemos ¿Qué institución no los tiene? Que hay que resolverlos, claro que hay que hacer nuestro mejor esfuerzo. El punto es que se tienen que discutir con esmero creativo, no con descalificaciones tipo niños de primaria. Los problemas de la UNAM son problemas de la nación. En la medida en que no lo entendamos así se está sirviendo a grupos cuya vista está puesta en intereses privados y particulares. En algunos lugares eso se califica como intereses bastardos.

¿Alguna duda al respecto?
Me pongo de pie y entono estas dos ultimas estrofas del himno deportivo universitario que quedan perfecto para esta entrada:

"Universitarios,
icemos siempre airosos
el pendón, victoriosos,
de la Universidad.

Por su azul y oro
luchemos sin cesar,
cubriendo así de gloria
su nombre inmortal

¡México!, ¡Pumas!,
¡Universidad!"

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